Se trata de la misma tecnología utilizada para el Bitcoin y otras criptomonedas. Los NFT existen desde 2014, pero solo recientemente un público más amplio ha conocido esta tecnología. Ahora es una tendencia al rojo vivo a la que cada vez se apunta más gente.

Al principio, las NFT se utilizaban sobre todo para el arte digital, pero hoy la tecnología también incluye vídeos, fotos, música, objetos de juego, inteligencia artificial, dominios y muchos otros activos.

El activo, que puede ser una obra de arte o cualquier otra obra virtual, se almacena en la cadena de bloques. El objeto es completamente único, por lo que sólo una persona puede poseer el activo. A veces se describe la NFT como una tecnología que ha permitido la propiedad del arte digital, pero su uso actual es mucho más amplio que el arte digital.

Para entender mejor lo que son las NFT, veamos más de cerca el significado de la palabra. "No fungible" significa que el objeto es único y no es directamente intercambiable. Esto hace que las NFT se diferencien de las criptomonedas porque éstas son intercambiables. Un bitcoin puede cambiarse por otro bitcoin sin que cambie el valor de la criptocartera. En el caso de los NFT, cada NFT es completamente único y, por lo tanto, no puede cambiarse por otro NFT sin que cambie nada para el propietario. Un "token" corresponde a un contrato inteligente creado en una blockchain existente. En términos sencillos, puede describirse como una huella digital. Si compras una NFT, te conviertes en el propietario de un activo digital único y tu prueba de propiedad se registra en un contrato inteligente en la blockchain.



¿Cómo funciona la NFT?


¿Por qué la gente paga tanto por tweets, obras de arte digitales y clips de YouTube? Para muchos, es difícil entender por qué alguien querría pagar por algo que está disponible gratis en Internet. Para entender por qué hay una gran demanda, hay que comprender cómo funciona una NFT.

Un NFT es un activo único almacenado en una cadena de bloques. Esto significa que es rastreable, lo que permite ver quién es el propietario del activo. La propiedad se registra en la cadena de bloques en forma de un sello criptográfico y de metadatos que incluyen la dirección de la libreta de criptopréstamos del propietario. En otras palabras, cualquier persona que utilice la cadena de bloques puede ver la obra digital, pero sólo una persona puede poseerla. Toda la información registrada en la cadena de bloques es rastreable y no puede ser alterada o manipulada. Sólo el propietario de la NFT puede cambiar la propiedad, lo que hace de la cadena de bloques un lugar muy seguro para almacenar activos digitales.

Es importante recordar que un NFT otorga un derecho de propiedad sobre un activo digital. Al igual que con la venta de objetos físicos, el creador conserva los derechos de autor del activo. Sin embargo, el propietario tiene derecho a vender y utilizar el activo. Los metadatos muestran cómo se puede utilizar el activo y qué representa la NFT.